Las sucesivas ciclogénesis explosivas no amedrentaron a nuestros aventureros: Rafa, Nacho, Alejandro, Santi, Jaime y Tirso. En el castillo, un lugareño nos dijo: «a ver si aguanta la tarde», ¡y vaya si aguantó!, no llovió ni una gota y tuvimos un sol que no veíamos en semanas. En Cabreiroá sólo Diego se atrevió a beber el agua. Y el mejor zorro en el juego del bosque de los abedules fue Álex.
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